miércoles, 24 de noviembre de 2010

El río de la vida

Libros del Asteroide, acaba de editar un bonito y cómodo ejemplar del "El río de la vida"  de Norman Maclean junto con otros dos cuentos,- Leñadores, proxenetas y "Tu camarada, Jim" - y - Servicio Forestal de Estados Unidos, 1919: El guardabosques, el cocinero y un agujero en el cielo- del mismo autor.

Voy a tratar de comentaros las impresiones que he tenido al leer la primera de las historias, dejando las otras dos para otra ocasión, ya que su aportación es meramente una autobiografía novelada del autor.

Para todos aquellos que de una manera u otro amamos, si por amar se entiende por practicar y disfrutar,  la pesca a mosca, esta novela es el Santo Sanctórum  del pescador a mosca. En ella Mclean describe de un modo bellísimo, no solo la grandeza del paisaje del oeste americano en la confluencia de los grandes ríos trucheros de la zona occidental de Montana, con esa sensación de libertad que irradian estas bastas extensiones de llanuras, si no que describe de un modo preciso y precioso las sensaciones de felicidad que a uno le produce cuando la  Salmo trutta o la Oncorhynchus mykiss en su afán de animal depredador muerde el azuelo, después de un espectacular lance rodado, y se desata la batalla épica por la supervivencia de la especie, transmitiendo por la pequeña sección circular de la línea de cabeza descentrada del nº 5, el amor y el respeto que uno siente a la naturaleza. A modo de espina dorsal el Big Blackfoot se transforma en el hilo conductor de lo la historia costumbrista de una familia en una pequeña comunidad presbiteriana del oeste americano a principios del siglo XX, con los avatares y las contradicciones que los abocan cada vez más hacia un progreso sin retorno. No obstante, creo que la belleza de la narración, se vislumbra en la pasión que pone Mclean al describir las escenas de pesca y sensación de libertad que otorga, con la declaración de principios que cita al primera frase del libro “En nuestra familia no había una separación clara entre religión y pesca a mosca.”


Como para caldo, dos tazas, también es muy recomendable la película que dirigió en la década de los años 90 Robert Redford y protagonizada por Craig Sheffer, Brad Pitt, con una fotografía excelente y unos fotogramas de pesca sublimes.

Viva la pesca a mosca por supuesto, sin muerte.



1 comentario:

  1. Excelente comentario y buena frase.

    Intento encontrar un símil para nuestra familia pero no lo encuentro:

    En nuestra familia no había una separación clara entre __________ y _______________.

    Se admiten propuestas

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