viernes, 11 de mayo de 2012

La cena

Indigestión de buena literatura.
Herman Koch toma como punto de partida una historia que me recuerda irremediablemente a un hecho luctuoso ocurrido  a mediados de la década del 2000 en Barcelona -¿os acordáis?-, una indigente es quemada viva en un cajero automático sin motivo aparente por unos jóvenes aparentemente "normales". Para todos  aquellos que tengan principio de Alzaimer o simplemente halláis olvidado   http://elpais.com/diario/2005/12/20/espana/1135033222_850215.html
Es a partir de este suceso, desde donde el autor empieza a trenzar esta novela, con un planteamiento curioso que enlaza las distintas fases gastronómicas de la cena, (el aperitivo, los entrantes, los segundos, los postres, el digestivo y la propina) de dos parejas acomodadas de la sociedad europea-en este caso la Holandesa, pero podría ser de cualquier otro país, a los hechos me remito, con unos acontecimientos violentos que han cometido sus hijos. Que como punzadas implican al lector en plantearse preguntas como: ¿Hasta dónde son capaces  de llegar unos padres para proteger a un hijo que comete un delito injustificable? ¿Que prevalece? El instinto de protección o el cumplimiento de la legalidad establecida en cualquier sociedad desarrollada.
Solo un pero, para que no sea del todo un ejercicio de sadomasoquismo y poder realizar un quiebro y encontrar una pequeña esperanza a estos hechos tan salvajes el autor se permite una fisura de justificación  a modo de enfermedad metal del progenitor, y por esto de los genes, trasmitida a su descendencia.
No obstante novela contundente, provocadora y recomendable a todo aquel que no se conformen con verlas pasar