lunes, 20 de diciembre de 2010

El lector

Siempre me ha intrigado de  manera sobrecogedora, como una sociedad casi en su totalidad se puede convertir en el señor Oscurión ( es el malo más malote de los dibujos  los GORMITIS, LOS SEÑORES DE LA NATURALEZA) y después poder vivir con esa culpa a sus espaldas. Pues bien, tal vez la respuesta a esta trascendental pregunta se puede encontrar dentro de la paginas de este estupendo libro. A través de esta historia Bernhard Schlink baja a los infiernos del sentimiento común de ¿furia, vergüenza, horror, culpa, ......?, ¿?  del pueblo alemán después del exterminio nazi, para ello se sirve de una de las mas bonitas narración de los últimos tiempos, tanto en la primera parte bajo el símbolo erótico como  en la segunda parte bajo el  de la confesión.

Michael Berg un joven adolescente es socorrido por una mujer, Hanna, cuando en medio de la calle sufre un desvanecimiento, como agradecimiento este  le lleva un ramo de flores a su casa y surge una relación erótica cayendo el muchacho en Brazos de la mujer madura (título de otro grandisimo libro erótico de Stephen Vizinczey) con un ritual idéntico todas las veces, antes de amarse Michael le lee un fragmento en voz alta de los clasicos, Goethe, Toltoi, Dickens ...., incluso  llega a leerle El amante de Lady Chaterley ( otro buenisimo libro erótico), después Hanna desaparece sin dejar rastro, hasta que con el paso del tiempo y siendo él un estudiante de derecho acude a un juicio donde se juzga a unas antiguas guardianas del campo de exterminio de Auschwitz siendo una de ellas Hanna, aquí empieza la segunda parte del libro donde se reviven los antiguos fantasmas del pueblo alemán con ese sentimiento contradictorio de culpa y repugnancia que supone enfrentarse directamente a la verdad de la locura y el horror de los campos de concentración, terminando con un epílogo más formal a modo de exhortación de culpa, tanto del autor como de los protagonistas y por ende del pueblo alemán, donde Hanna de una manera autodidacta, redime su condena aprendiendo a leer con fragmentos que Michael le va grabando en cintas audiofónicas  y con el inevitable pago final por los crímenes cometidos.

Por otra parte la versión cinematográfica de El Lector  protagonizada por Kate Winslet,( ganadora entre otros de un Oscar a la mejor actriz) se centra más en el aspecto taquillero que otra cosa, no quitándole merito a la Winslet, que sobre todo en la primera parte derrocha erotismo a diestro y siniestro.
Por lo tanto no tengo más que recomendaros, como se suele hacer en estos caso, en primer lugar la lectura del  libro y en segundo ver la peli.

PD: Si estáis interesados en este tema. Libros que no os podéis perder:
           - La benévolas de Jonathan Littell.
           - El tercer Reich del gran Bolaño.
           - Lo que esconde tú nombre de Clara Sánchez(premio Nadal 2010).

y si eres capaz de no dormirte la película La cinta blanca de Michael  Haneke. (Manolo es va dormir)